Rectoría General

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Participan 150 funcionarios en taller sobre equidad y cultura de paz en universidades

Sinopsis: 
Especialistas internacionales comparten ejemplos de mejoras prácticas en el Conjunto de Artes Escénicas

El diseño de un curso en línea parar la comunidad universitaria, enfocado a problemas de acoso y hostigamiento, se desarrollará en la Universidad de Guadalajara (UdeG),  anunció su Rector General, doctor Miguel Ángel Navarro Navarro, durante la clausura del Taller “Sensibilización y mejores prácticas internacionales en equidad y cultura de la paz en universidades”.

 

Este curso tendría entre sus fines extender en la comunidad universitaria una cultura de prevención de estos problemas y promover el respeto y la paz y podría ser anunciado en próximos meses.

 

Al taller, que tuvo lugar durante los días 23 y 24 de agosto en el Conjunto de Artes Escénicas, asistieron 150 funcionarios universitarios, entre rectores, coordinadores de la Administración General y directores de preparatorias.

 

El objetivo fue propiciar la toma de conciencia de directivos, académicos, trabajadores y alumnos sobre la importancia de la prevención del acoso y el hostigamiento; promover un clima de armonía y diálogo entre los universitarios que propicie una convivencia pacífica; conocer qué se hace en otras universidades y cuáles son las mejores prácticas internacionales en materia de prevención y atención a conductas del acoso y el hostigamiento.

 

Este taller, que impartieron destacados especialistas internacionales, se realizó en el marco de las acciones que ha emprendido esta Casa de Estudio, para combatir los casos de acoso y hostigamiento sexual y laboral que se han presentado en la institución.

 

Se trata de Jody Shipper, doctora en leyes por la Universidad de California, experta en implementación de buenas prácticas en temas de igualdad de género, equidad y diversidad, tratamiento de conductas inapropiadas, agresión sexual, entre otras.

 

Cherie A. Scricca, Maestra en Estudios de la Mujer por la Universidad Estatal de Minnesota y Doctora en Educación por la Universidad de Pensilvania, quien en los últimos 5 años se ha desempeñado como consultora independiente en instituciones académicas en asuntos relacionados con igualdad de género. Su trabajo incluye ayudar a las instituciones a crear e implementar procedimientos y protocolos de prevención y respuesta.

 

Y Joan López Alegre, Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona, director de comunicación y emprendedor especializado en la gestión de información en entornos complejos: comunicación de crisis, public affairs, nuevos servicios de comunicación. Fundador en el año 2000 de Strategycomm, agencia de comunicación con implantación en Barcelona, Madrid y Valencia, y Director de comunicación del Vicepresidente del Parlamento Europeo desde 2006.

 

El Rector General destacó que “bajo el lema de ‘Cero tolerancia’ se han tomado medidas para preservar la integridad de quienes, en su momento, se han sentido agraviados o sido víctimas de estas conductas.

 

Destacó que se trabaja  en medidas tales como la elaboración de un protocolo especial, la designación de un Ombudsman Universitario y la redacción y difusión de un Código de Ética para todos los miembros de la comunidad.

 

Dijo que la intención como universidad es aplicar nuevas políticas que protejan a la comunidad universitaria, tanto a hombres como mujeres. 

 

“El Consejo General Universitario ya aprobó un Código de Ética, pero tenemos que hacer que éste se concrete en las prácticas cotidianas”, externó el Rector General.

 

La doctora Carmen Rodríguez Armenta, Vicerrectora Ejecutiva de la UdeG, se pronunció por un protocolo de actuación claro y contundente y destacó la importancia de que éste sea aprobado por el CGU.

 

Explicó que lo que pasa en la UdeG es sólo el reflejo de lo que sucede en los demás entornos sociales, si el alumnado o profesorado, por ejemplo, vive en ambientes violentos, van a trasladarlos a las aulas.

 

“Lo que debemos hacer en la Universidad es que esto no se vea como algo normal. Debemos de abonar a la cultura de la paz respetando al otro y  la diversidad sexual”, dijo.

 

Para acabar con la normalización de la violencia, la UdeG está trabajando además en un programa de prevención, con charlas y talleres, que conlleva la sensibilización, capacitación y formación para lograr entornos libres, respetuosos, con equidad e igualdad.

 

Destacó que los profesores deben poner un alto a prácticas como  bullying o el acoso. En cuanto a la Institución, debe apoyar en este esfuerzo al docente.

 

El maestro José Alfredo Peña Ramos, Secretario General de la UdeG, agregó la importancia de que la comunidad universitaria sepa qué hacer ante problemas como el acoso y hostigamiento, cómo debe abordarlos y manejarlos, de ahí la importancia de los aportes del taller.

 

La Universidad tiene entre sus propósitos la formación de ciudadanía responsable y libre, que sepan respetar y exigir sus derechos, dijo.

 

La universidad como edificadora de la paz

 

El Rector General señaló que, como espacio de formación, investigación y difusión del conocimiento, las universidades y los universitarios están obligados a edificar la paz en la mente de los hombres y las mujeres mediante la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación.

 

Durante su participación en el curso–taller  dijo que es en la Universidad donde los alumnos interiorizan sus valores y adquieren saberes y principios éticos que les permitirán conducirse con responsabilidad y respeto hacia los demás. “Debemos ser los primeros en predicar con el ejemplo, actuar con sabiduría y solidaridad no sólo al interior, sino al exterior de la Universidad”.

 

Es necesario que cada directivo se convierta en promotor y agente de la igualdad y trabaje para erradicar cualquier forma de discriminación en los espacios universitarios, subrayó.

 

La doctora Cherie A. Scricca, expresó que estos temas son de naturaleza global e impactan a comunidades de todo el mundo, incluidas las instituciones educativas.

 

“El acoso sexual, la discriminación de género, evita que estas personas participen de manera total en nuestras comunidades y contribuyen a la pérdida de talentos y aportaciones que pudieran realizar estos individuos en todos los campos de la sociedad”, resaltó.

 

Dijo que los estudios recientes en materia del impacto del acoso sexual indican que 35 por ciento de las mujeres en el mundo han experimentado violencia física o sexual, ya que este problema no conoce fronteras, limitaciones, ni culturas, y esto nos afecta en todo.

 

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